Homo absurdo


El otro día fué el día de los enamorados. Ya ves, todo el mundo como loco a comprar algo a sus parejas.

Unos iban encendidos de pasión, loquitos de amor, ruborizados por la idea de romanticismo de Ikea a la que viven aferrados.

Son los menos. Éstos han puesto los mostradores de las tiendas perdidos, llenitos de babas. Orgullosos perdidos de su propia actitud. Una vez más han estado a la altura de las circunstancias, este año puede que sea la definitiva.

Cuando mi churri vea el último disco del Bustamante envuelto en papel blanco lleno de labios impresos (MIS labios) esta noche encima de la cama y rodeado de pétalos de buganvilla… se va a quedar sin palabras. Me va a querer ya de por vida.

Ten cuidado no se vaya a quedar sin palabras de verdad.

Otros sin embargo, pobres, irán a comprar el regalo para seguir sobreviviendo. Irán en secreto, renegando de esta costumbre, y luego dirán que lo han hecho encantados y votarán a favor de mantener esta tradición al menos un año más.

El caso es caer en la cuenta de lo poderoso de estas cosas. El poder de San Valentín, cabría decir aquí.

La madre que parió al que inventó el día de los enamorados.

La madre que lo parió, si. Pero ahí lo tienes, unos cuantos siglos después. La tradición sigue intacta, ganando adeptos y generando beneficios y campañas publicitarias y comerciales y todo un sistema de ventas y un sistema cultural..

Cuando se suele definir a la raza humana, al hombre, singularizándolo del resto de animales se suele hablar de su capacidad para articular palabras, o de su forma erecta de moverse, o de su habilidad para montar y desmontar emociones, para amar.

Todo eso está muy bien, pero se queda corto. Puede que sea una definición brillante pero, qué queréis que os diga. Nuestras capacidades se han potenciado. Se han disparado.

Quizá seguir hablando del Homo Sapiens sea algo que tenemos que ir abandonando.

El hombre es el único animal capaz de tropezar dos o más veces con la misma piedra, el pobre.

El hombre es capaz de crear el día de los enamorados, del padre, de la madre, del concuñado, del abrefácil, del hermano menor trabajador, de las víctimas de cualquier cosa.. Y todo por acordarse de algo que va olvidando cada vez más.. Y es capaz de montar todo un tinglado alrededor de alguno de ellos.

El hombre es capaz de excitarse observando a otros, es capaz de amenazar a los demás y hasta a sí mismo por puro placer. Es capaz de doblar las palabras que inventó hace milenios para darle un nuevo sentido, para jugar, para engañar, para reirse. Es capaz de navegar por internet, y desde pequeño.

Ha inventado el vídeo Beta, el VHS, el sistema 2000, el laser dist, el DVD, el Blue Ray, la licuadora, la sandwichera y rustidera, y haber abandonado a algunos de ellos por el camino. Con un par.

El hombre es capaz de montar estrategias complicadas o sencillas muchas veces por darse importancia. Le gusta alardear, fardar.

Al hombre le gusta comprar en rebajas y luego pregonar lo barato que le ha salido todo.

Es capaz de criticar, de criticar todo y a todos. Y es capaz de proponerse dejar de hacerlo y, de seguido, seguir haciéndolo.

El hombre es capaz de no poder evitar querer y hacer cosas que podría evitar fácilmente.

El hombre es asín, más complicado y divertido de lo que jamás soñó ser.

Hemos pasado a otra fase en la que estamos hace tiempo.

No se si supone una evolución, pero ahí estamos.

Y cada uno describe un mundo maravilloso, treméndamente rico, que merece la pena explorar.

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